
Ya hablaba hace un tiempo de como Phenomena Experience ha cambiado para muchos el modo de ver cine en Barcelona (y en Madrid en algunas ocasiones), recuperando la manera en que se disfrutaban las películas antes, cuando ir al cine constituía una ocasión especial.
Hablaba el otro día con una amiga antes de empezar Mad Max Fury Road, y me contaba que prácticamente vive allí, ya que acostumbra a ir tres veces por semana, cosa que ya he leído en unos cuantos aficionados más. Voy a mantener su identidad en el anonimato, pues no todos quieren reconocer su adicción a Phenomena como yo si hago, por lo que la llamaremos señorita X. Ese día por cierto, repetíamos los dos pase de Mad Max, una sesión que demuestra por qué Phenomena engancha, pues no fuimos los únicos en ir allí a ver más de una vez la nueva obra de George Miller.Y es que el espectáculo visual (14 metros de pantallón), pero sobretodo sonoro, con el cine retumbando en las escenas más espectaculares de la peli (Ojo, que la gente ya aplaudió la fanfarria de Dolby Atmos que la precedió, seguramente imaginando la que se nos venía encima), dan una buena muestra de por qué muchos consideramos que es el mejor cine de Barcelona. Basta mirar cada una de sus publicaciones en Facebook (red social que constituye el punto de encuentro mayoritario de los phenomenos), para darse cuenta de la legión de seguidores que arrastra este maravilloso proyecto que ha llenado salas con 2000 espectadores, y que ahora, en su ubicación definitiva, consigue que sus 400 butacas se queden pequeñas en muchas ocasiones.
Las razones, fanatismo aparte, son muchas: Calidad de imagen y sonido apabullantes, como decía antes, eligiendo siempre que sea posible el formato analógico, y por supuesto, en versión original. Basta el ejemplo de Interestellar, proyectada en una versión de 70 mm inédita en nuestro país, y que llenó sus 5 sesiones (no es de extrañar, escenas como la del acoplamiento ya forma parte de mi olimpo personal de experiencias cinematográficas). O detalles como que en Mad Max 2 el doble telón no se abriese completamente hasta que no acabaron las escenas que simulan un documental televisivo, adaptándose así al formato 4:3 en que se emitían estas primeras imágenes, son el tipo de frikadas las que nos vuelven locos, y nos convierten el talibanes phenomeniles.
En pocas semanas repetiremos experiencia galáctica con otra odisea espacial que promete transportarnos a muchos años luz de la Tierra como es 2001, ocasión para la que se ha creado una copia especial en 70 mm y que va a venir acompañada de una master class de Jan Harlan, productor de algunas de las películas de Stanley Kubrick.
Y para el próximo mes de Julio, otro estreno de relumbrón como es Jurassic World. Un hecho no habitual en Phenomena, donde lo normal es ver clásicos de los 60-70-80-90, y hace estremecerme al pensar que puede ser un adelanto de algo grande, muy grande, que puede llegar a finales de año. Ya siento una perturbación en la fuerza solo de imaginarlo…
Trackbacks/Pingbacks